martes, 18 de agosto de 2009

Gran tarde en Palmira de Héctor José

Héctor José, triunfador de Palmira
Crónica de la corrida
por Jorge Arturo Díaz
Meritorio triunfo de Héctor José.-
Con tarde fresca, más de media plaza, retornando la fiesta brava a la Plaza Agustín Barona Pinillos y en el marco de la “Fiesta Nacional de la Agricultura” que no se daba desde hace un lustro y con poco más de media hora de retraso sobre la hora anunciada, se dio este primer festejo de la plaza vallecaucana con más tradición del occidente colombiano.
A la muy buena gestión del ex matador Edwin Salazar que, aplicando los conocimientos de mercadeo recibidos de José Mejía Castaño, logró aportes de la Alcaldía de la ciudad, de Bavaria y otros patrocinadores, logrando hacer regresar a la afición que había abandonado los tendidos de esta querida y antigua plaza, despertando el entusiasmo que no se apreciaba desde tiempo atrás.
Eso sí: la gestión de mercadeo no tuvo acompañamiento ni suerte con la organización de la corrida. La banda de música, previamente contratada con el comando militar, no se hizo presente, obligando al organizador a buscar, de afán otra. El paseíllo, a las 4:10 de la tarde se dio sin música y sin alguacilillos y, ni siquiera, trompeta de anuncio. La música, finalmente se presentó a la altura del primer ejemplar. Para colmo de males, las mulillas de Félix López, absolutamente imposibles, hicieron largo y dispendioso los arrastres, obligando a terminarlo con una camioneta que fue protestada por el público.
Buena presencia de directivos, periodistas y aficionados de Cali, en los tendidos de la plaza. Un aficionado nos preguntó: ¿Dónde están el Gobernador, el Secretario de Gobierno y algunos de los severos críticos de la empresa, las peñas taurinas, que no acudieron a los tendidos de la plaza? Sus razones tendrán.
El encierro de Fuentelapaña de los Herederos de Abraham Domínguez, bien presentado, con el peso justo para una plaza como la de Palmira, con defensas acordes aunque tocadas notoriamente, yendo a los caballos en su gran mayoría y permitiendo el lucimiento de los alternantes, siendo premiado con la vuelta al ruedo el tercero, Marañal no. 330 con 463 kilos. El único que se rajó (se fue a tablas) fue el sexto, no. 146 con 455 kilos aunque se dejó torear en capote y la primera parte de la faena de muleta.

Efraín Vargas “El Poeta”, enfrentó a Simpático, no. 363 y 460 kilos y a Palmirano. No 146 y 455 kilos. A su primero, abrochado, negro chorreado y listón, lo saludó con verónicas lentas y la media. El toro, como casi todos sus hermanos, fue bien a la vara, q uites por gaone-ras, la ceremonia de alternativa, emotivo brindis a sus padres, (su madre, francesa, ataviada con los tradicionales atuendos andaluces) iniciando con ayudados por alto, dos tandas por la mano derecha, nada por la izquierda, manoletinas, pinchazo y un segundo pinchazo trasero que acabó con el ejemplar. Aplausos y silencio al ejemplar.
Con su segundo, sexto de la tarde, negro cornidelantero, bizco, larga cambiada, verónicas pausada y remate. Vara recargada, quites por gaoneras, buenos pares de los subalternos (pocos por cierto en la tarde), brindó al público iniciando con cambiados de frente por detrás y muy bien plantado. Dos tandas por la mano derecha, buenos naturales, tres pinchazos y estocada entera. Aplausos y silencio al ejemplar que tuvo que ser arrastrado por la camioneta.
Ramiro Cadena, tuvo a Sonajero, no 365 y 448 kilos, a Hechicero, no 335 y 470 kilos y regaló el sobrero Ruiseñor no. 380 y 450 kilos. Con su primero, negro, meleno y corniabierto, lo recibió con larga cambiada saliendo desarmado, verónicas lentas y el remate. Devolución de prendas del toricantano. Buen par de banderillas del subalterno que rendía el examen, luego de la devolución de los trastos de la alternativa. Derechazos lentos y dibujados en una faena templada y torera. Pinchazo soltando y termina. Aplausos a toro y torero.
A su segundo de lidia ordinaria, negro, chorreado en verdugo, cornivuelto, lo saludó con buenas verónicas y la media. Tumbo de Hildebrando Nieto. El toro se golpeó contra el burladero muy fuerte y quedó conmocionado. Luego de las banderillas, cuando Ramiro pretendía brindarle a Edwin Salazar, por un mal movimiento del subalterno, volvió a estrellarse contra el burladero y no se pudo parar. Fue apuntillado.
Regaló el sobrero, negro chorreado y bien armado, logrando verónicas en los medios. No fue el mejor en los caballos, pero recibió dos buenos pares. Brindó al público, logrando una faena alegre y entregada que incluyó circulares, luego de buenos derechazos y tanda de naturales. Dos pinchazos y estocada entera. Aplausos a toro y torero.
Héctor José, a quien no veíamos desde Manizales, tuvo a Marañal, no. 330 y 463 kilos y a Violetero, no. 338 y 455 kilos. A su primero, negro, bizco, meleno, bravo desde su salida aunque requería lidiador, el sincelejano lo saludó con larga cambiada, estupendas verónicas, chicuelinas y revolera, siendo ovacionado. Luego de vara recargada, quites por tafalleras, un buen par de banderillas, brindis al público, cinco pases de rodillas cerca de tablas muy limpios, derechazos en los medios, tanda de naturales muy finos, molinete, rematando la estupenda faena con una estocada en los alto “como para Madrid” como manifestó nuestro colega Vicente Gallego Blanco. Dos orejas y vuelta la ruedo al toro.
Con su segundo, quinto de la tarde, corniabierto, negro, listón, también lo saludó con larga cambiada, buenas verónicas y revolera. Buena vara recargando, quites por navarras, mal tercio de banderillas, brindis a Edwin Salazar (merecido por cierto), dos tandas por la mano derecha y una por naturales en buena faena que no tuvo el final esperado porque pinchó en dos ocasiones, estocada entera y descabello. Aplausos a toro y torero.
(“Se estaba ganando el contrato para la Feria de Cali”, dijo un colega vecino)

Felicitaciones a los organizadores de la Fiesta Nacional de la Agricultura, comenzando por el Señor Alcalde que le puso mucho empeño a la realización de los festejos taurinos y colaboró con el mercadeo de boletas al igual que la empresa Bavaria y varias más que contribuyeron a rescatar la afición de la Capital Agrícola de Colombia que se había dormido tras varios años.