sábado, 19 de septiembre de 2009

Tacabamba - Tercera Corrida en honor al Señor de la Misericordia

David Esteve,
lección de valor y vergüenza torera
Juan Medrano Ch.
El toreo es profesión de honor. David Esteve, torero de Valencia, ha dado en Tacabamba, a miles de kiómetros de su tierra y de los suyos, una gran lección de lo que es ser torero, reinvindicando el verdadero sentido de la profesión y brindando un sólido ejemplo a los que quieren ser algo en esto tan duro que es el toro. El valenciano no se quiso ir de vacío. Era el único que no había paseado trofeos. Tal vez alguno el juez se lo negó, o no se lo regaló, como a otros. Esteve tenía claro que en el último toro, había que jugársela. El bonito castaño de Paiján sólo tenía dos muletazos y al tercero protestaba. El torero se empleó y regaló detalles de toreo fino. Y cuando tocaron a matar, se montó literalmente sobre el morlaco, derecho tras la espada. Poco le importó salir rebotado y casi prendido por los pitones del toro, tras interminables segundos de espanto. Cobró las dos orejas más honrosas de toda la feria. Corpas reafirmó que es un torero para grandes lides y grandes plazas, haciéndole faena a uno de Paiján que rehuyó la pelea. Escribano lidió a un bravucón que pronto se aculó en tablas. Toreo de aliño premiado con excesivos trofeos. Tarde triunfalista con la terna a hombros. Nosotros nos quedamos con la conmovedora emoción que nos brindó la grande actitud de Esteve.
Jueves, día 17 de setiembre.
Tres cuartos de entrada. Se lidiaron cuatro reses de La Viña y Paiján, bonitos de tipo pero sosos. David Esteve (tabaco y oro) saludos y dos orejas.
Javier Corpas (berenjena y oro) dos orejas.
Manuel Escribano (champán y plata) dos orejas.
Triunfador de la Feria: El torero sevillano Javier Corpas.
Trofeo al mejor banderillero: Desierto.
Tampoco hubo trofeo para el mejor toro y mejor ganadería.
Nota.- Este festejo de cuatro toros fue el complemento de la corrida del día anterior, miércoles día 16 de setiembre,suspendida luego del arrastre del segundo toro, por la torrencial lluvia que azotó la ciudad y la sierra norte; aquel día sólo se lidiaron dos reses de Paiján, el 2º bravo. Corpas cortó una oreja y Manuel Escribano fue silenciado, pero su toro premiado con la vuelta al ruedo.